Sé; que empiezas a escucharme,
Que has sabido de mí y decidiste
no voltear,
Caminaste por encima de nuestros planes,
Pisoteaste cada sueño que empecé
a dibujar.
Si me escucharas,
Ya no volvería a suceder, no
volverías a escapar,
Estás en la cima más alta,
Observando que voy por ti, que
empiezo a escalar.
Fuimos la silueta perfecta de
este secreto,
Nacimos para amarnos,
Para fundirnos y volver un solo
sentido este dueto,
Y en el silencio, ya no podíamos
ocultarnos.
Fue un juego muy tonto tal vez,
Así es la suerte que confabula
con el destino,
Nunca estamos seguros de lo que
es,
Pero si muy seguros de que alguna
vez nos quisimos.
Fui el manto que cubrió tu
cuerpo,
Aquella noche en la que nos
rendimos al deseo,
Tiritaba, sentía miedo…
Calma; calma… decías en ese
momento.
Sentir tu cuerpo era excitante,
Hubiera deseado quedarme así
siempre,
Nunca perder ésta emoción que
ahora se ha vuelto soledad,
Con la obsesión y el recuerdo de
aquellos juegos en la oscuridad.
Autor Original: Nior Nathán
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